Sentado en un paradero, un mendigo lanza un escupitajo hacia la vereda. Son las 3 de la tarde de un día de marzo. En la calle, autobuses de diferentes recorridos pasan una y otra vez. El mendigo saluda con una leve inclinación de cabeza a decenas de pasajeros silenciosos. El mendigo se revisa los bolsillos y saca la colilla de un cigarro. Me pide fuego. Enciendo su colilla y me mira agradecido. "Quiere uno?". Le contesto que no se preocupe y parece no importarle. Desde su bolsillo, saca un puñado de colillas. "Elija uno. Tengo de todas las marcas". Escojo una colilla amarilla (Marlboro rojo? Lucky Corriente?) y le doy las gracias. Lo miro detenidamente y veo un par de ojos cansados .
lunes, 24 de marzo de 2008
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